domingo, 10 de junio de 2018

GLUTAMINA


Durante el ejercicio físico la fuente de energía son los hidratos de carbono (ejercicios de mayor intensidad y menor duración) y las grasas (ejercicios de baja intensidad y larga duración). Sin embargo, en circunstancias especiales de baja disponibilidad de los anteriores, el organismo utiliza lactato y aminoácidos de cadena ramificada: BCAA y glutamina, pudiendo verse obligado a oxidarlos para obtener energía, como una solución de emergencia.

En los deportes aeróbicos de larga duración como el ciclismo, o de alta intensidad sobre alguno o algunos músculos concretos, los depósitos musculares de glucógeno sufren un importantísimo descenso, en estas situaciones el organismo comienza a utilizar las propias proteínas musculares, fundamentalmente aminoácidos de cadena ramificada, para ser convertidos en energía. Ello trae consigo un descenso notable en aminoácidos musculares, lo que se traduce en un aumento del tiempo de recuperación muscular y por consiguiente un descenso en el rendimiento del deportista.

La Glutamina es el aminoácido más abundante en los músculos humanos (llegando a casi el 60% de los aminoácidos presentes), neutraliza el exceso de ácido láctico (una de las principales causas de la fatiga) en los músculos generado en la práctica del ejercicio intenso. Es el aminoácido con mayor capacidad de generar glucosa y glucógeno, a nivel hepático, lo cual es de gran importancia en los procesos de recuperación, también estimula la producción de la hormona del crecimiento y mantiene la actividad antioxidante de todas las células del organismo ya que participa en la síntesis de glutationa (bloquea los efectos de los radicales libres en el organismo).

La glutamina es un aminoácido que se lo considera "esencial condicionado" o "semi-esencial". Algunas de dichas situaciones son el estrés, los traumatismos, las infecciones, los entrenamientos intensos, la desnutrición proteica, etc. En todas ellas, las necesidades nutritivas son muy elevadas y por tanto, la cantidad de glutamina demandada es superior a la que el organismo puede producir.
La mayor parte de los alimentos ricos en proteínas contienen cantidades apreciables del aminoácido glutamina, sin embargo, debido a la rápida velocidad con que el organismo utiliza este aminoácido, incluso los atletas que siguen una dieta rica en proteínas o hiperproteica, con frecuencia necesitan de aportes extras. Son buena fuente de glutamina los lácteos, las carnes, los cacahuetes, las almendras, la soja, el pavo y las alubias secas.

La glutamina puede contribuir a la recuperación del glucógeno muscular tras periodos de entrenamiento, una vez que se han reducido o agotado las reservas de glucogéno. En diversos estudios se ha descubierto que la ingesta de glutamina y de polímeros de glucosa, promueve la acumulación de glucógeno en hígado y músculo.

 La glutamina no ejerce elevaciones de los niveles de insulina de acción hipoglucemiante (disminuye los niveles de glucosa en sangre). Por todo ello, los expertos sugieren tomar, además de una comida bien planificada, un suplemento de glutamina, ya que se consigue estimular de modo más eficaz la resíntesis del glucógeno muscular tras la actividad deportiva. Se ha demostrado que la ingesta de glutamina con una solución de glucosa promueve el almacenamiento de hidratos de carbono, no sólo en el músculo sino también en el hígado. En lo que se refiere a su acción sobre las proteínas corporales, una ingesta adecuada de glutamina mediante una dieta hiperproteica bien diseñada, es el mejor modo de proteger el tejido muscular. No obstante, en situaciones tales como el estrés y el entrenamiento intenso, es necesario pautar suplementos, si bien los aportes extras deben ser siempre determinados y prescritos por un profesional.

La suplementación con glutamina favorece: La función de los glóbulos blancos, mejorando la eficiencia del sistema inmunológico, especialmente a nivel del tracto respiratorio, intestinal y genitourinario, ayudando a prevenir infecciones y a recuperar la capacidad de defensa contra agentes patógenos luego de periodos de convalecencia. Evita la degradación de tejido muscular e induce aumento de síntesis proteica de modo que favorece la recuperación y ganancia de masa muscular. Mantiene o evita la disminución de los niveles de glutamina plasmática, lo cual se ha vinculado a una mayor predisposición a infecciones, especialmente en atletas de resistencia aeróbica, luego de realizar esfuerzos intensivos y prolongados.

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