Para la actividad diaria necesitamos mantener
un ritmo de respuestas, ante toda clase de estímulos ambientales, que no podemos
prolongar más allá de ciertos límites personales. El estrés en dosis mínimas es
necesario para soportar las tensiones y dar soluciones a los problemas que nos
afectan. Cuando se desborda la capacidad de adaptación y no se puede mantener
por encima de nuestras posibilidades se considera al estrés como una
enfermedad.
La ansiedad es una reacción emocional
consecuencia del estrés. Se manifiesta como respuesta ante la incapacidad para
hacer frente a toda una serie de circunstancias, acontecimientos y mecanismos
que alteran nuestro sistema nervioso.
Toda persona para vivir en un principio,
necesita cubrir necesidades básicas de orden:
Fisiológico: comer, dormir...
Mental: afecto, protección, seguridad...
Personal: la estima de los demás y la propia,
pertenencia al grupo, desarrollo de la capacidad personal y social.
Si no se realizasen correctamente alguna o
varias de estas necesidades o, no nos aceptamos interiormente, sobrevienen los
trastornos psicofisiológicos, entre ellos el estrés.
Causas que provocan estrés:
Alteran nuestros sentidos los estímulos
físicos ambientales: temperaturas extremas, tanto en calefacción como el aire
acondicionado o días de invierno/ verano, escenas violentas o excesivamente
fuertes en cuanto a su crudeza, exceso de ruido tanto en la calle, trabajo o
casa, olores muy penetrantes: pinturas, lacas, barnices, polución, perfumes,
ambientadores, basuras en descomposición, espacio físico insuficiente en casa,
autobús, oficina, etc.
Acontecimientos que alteran nuestro sistema
nervioso: muerte de un ser querido, separación matrimonial, bodas, bautizos,
comuniones, enfermedad, problemas laborales, entrevista de trabajo, mudanzas, hipotecas,
ruina económica, despido laboral, obras en viviendas, agresiones físicas o
verbales…
Existen determinados factores que predisponen a sufrir el llamado estrés laboral, relacionados con: el trato directo al público, la formación profesional que se posea, el reconocimiento a la labor profesional, el tipo de trabajo, la capacidad física y mental…
Los profesionales de la venta o atención
directa al público, necesitan mantener unas relaciones cordiales, pero
distantes, con el fin de mantener un cierto grado emocional y proteger sus
sentimientos, para evitar ser dañados en ciertos aspectos: demandas
irracionales, presiones de tiempo, tratamiento irrespetuoso por exceso de
confianza... Cuando surge un cambio negativo en la respuesta hacia el público
por su parte, la deshumanización y la despersonalización acaban por afectarles
y es causa de estrés.
La formación
universitaria, modular, los cursillos, masters, etc. muchas veces, poco
tiene que ver con la realidad: la falta de experiencia, la falta de medios
materiales, técnicos o humanos, sobrecarga de trabajo, falta de comunicación
entre departamentos, insuficiente motivación, excesiva burocracia, diferencias
con los jefes, horarios poco adecuados, escasas vacaciones o tiempo libre…Por
todo ello no sería de extrañar que sufriésemos de estrés en el lugar de trabajo
Cuando contamos con la experiencia que dan los
años de duro trabajo, la insatisfacción continuada provoca estrés en los casos
de: sueldo bajo, pérdida de prestigio social, falta de reconocimiento adecuado
por parte de los jefes o compañeros por culpa de envidias, competitividad,
desconfianza, no participar en las decisiones que nos afectan …
Las personas más propensas a padecer estrés se
encuentran entre los profesionales dedicados a: la docencia, la medicina, la
policía, los directivos intermedios, los trabajadores sociales.
Estos colectivos son más propensos al
agotamiento laboral y, de entre ellos, los que manifiestan mayor idealismo y
entusiasmo, que suelen ser los más competentes y motivados.
Todos tenemos un límite a nuestra capacidad
física e intelectual, por ello adquirimos determinadas habilidades personales
para resolver problemas economizando tiempo y esfuerzo, pero pocos dicen
"no", ante cargas laborales y responsabilidades excesivas si llevan
aparejadas subidas de sueldo o categoría.
Estar
relajado es todo lo contrario a estar estresado para conseguirlo existen toda
una serie de "actividades" donde elegir:
Practicando técnicas de relajación: yoga, tai –chi,
cantar en un coro, rezar el rosario, respiración diafragmática, practicar
relaciones sexuales, interaccionando sobre el medio ambiente, escuchando música
(relajación auditiva), iluminación poco intensa (relajación ocular), quemando
esencias (Aromaterapia), baños, duchas y saunas (Hidroterapia), salidas con
pareja, amigos... a comer, salidas al campo, monte, bosque (silencio y aire
puro), realizando actividades que concentren o distraigan nuestra atención, leer
un buen libro, revistas, periódicos...ver películas o programas de tv interesantes
(si existiesen), oír programas de radio, realizar juegos de pasatiempos, hacer
bricolaje, mecánica, costura, jardinería, maquetas.... coleccionismo, filatelia,
dormir la siesta, practicar deporte, bailar, hacer teatro, tocar un instrumento
musical..
Aflojando la presión que nos atenaza: hablar
con un especialista (psiquiatra), exponer los problemas que causan el estrés
ante el / los causantes, ayudarse de la familia y los amigos, acudir a sesiones
grupales de relajamiento, desahogarse (llorando si es preciso) cuando la
magnitud del problema exija vaciarse en un principio para, reaccionar después.
Tratar de evitar en la medida de lo posible,
los problemas a base de: delegar en otros, estar preparado de antemano, pensar
en positivo, separar lo fundamental de lo accesorio, actuar a tiempo, saber
organizarse, priorizando tareas, simplificar y no magnificar, recurrir a las
plantas medicinales…
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