jueves, 19 de marzo de 2015

Trombosis


Las placas en las arterias atraen a las plaquetas, que son elementos implicados en el proceso de coagulación de la sangre.
Las plaquetas se adhieren a las placas y pueden crecer formando coágulos.
Los coágulos de la sangre, que se forman y permanecen en ese lugar, se denominan trombos.
Conforme el trombo se agranda, se reduce el flujo sanguíneo a través de la arteria.
En la trombosis el trombo bloquea parcial o totalmente el aporte de sangre por esa arteria.
En la arteria coronaria, este proceso se conoce como trombosis coronaria o coronariopatía.

Conforme la trombosis se desarrolla y disminuye el aporte de sangre, el músculo cardíaco se deteriora. A menos que se tomen medidas médicas, se produce el infarto (las fibras cardíacas comienzan a morir).

Cuando se forma un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo o en el corazón, y se desprende y traslada a través de los vasos sanguíneos o corazón hablamos de tromboembolismo. A este coágulo de sangre se le llama trombo o émbolo. El embolismo es una oclusión (bloqueo) repentina que se produce cuando un émbolo se aloja en una arteria y puede conducir a una gangrena o a un accidente cerebrovascular.

Cuando una arteria se ocluye repentinamente y cesa el flujo sanguíneo al tejido, se desarrollan varios síntomas.

La persona experimentará: Dolor. Palidez en el área que no recibe sangre. Debilidad. Picor. Entumecimiento o frío.

Si un émbolo se aloja en una arteria del cerebro, se produce un accidente cerebrovascular.

Si el émbolo se aloja en una arteria coronaria, se puede producir un infarto de miocardio.

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