sábado, 14 de marzo de 2015

La Ateroesclerosis

LA ATEROESCLEROSIS es una forma de arteriosclerosis.  Es el endurecimiento de las arterias causado por el depósito de placas de colesterol o ateromas. Al envejecer, las arterias se hacen más gruesas y menos elásticas y aumenta su contenido en calcio. Este proceso de endurecimiento natural ocurre en todo el sistema de arterias. 

La arteriosclerosis afecta sólo a  las grandes arterias. 
Conforme la placa crece, la capa interna de la pared arterial se vuelve gruesa e irregular. Grasa, colesterol, y otros materiales se acumulan en determinadas áreas. Este crecimiento gradual en un período de tiempo largo reduce la circulación de la sangre y aumenta el riesgo de ataque al corazón, accidente cerebrovascular, y otras serias patologías arteriales. 

Los síntomas específicos dependen de la arteria o arterias ocluidas. La oclusión de las arterias coronarias puede provocar: Una angina o incluso un ataque al corazón, también puede producirse isquemia miocárdica (flujo insuficiente de sangre al corazón). Si la duración de la isquemia es breve, el daño es reversible, si es mayor de 40 ó 60 minutos, el daño puede ser irreversible y las zonas de músculo cardíaco privadas de sangre, pueden quedar permanentemente dañadas, produciéndose un infarto de miocardio.

Los síntomas de ateroesclerosis son más probables durante el ejercicio o actividad enérgica que en reposo. Se desarrollan durante el ejercicio porque las arterias no pueden irrigar los músculos con suficiente oxígeno y nutrientes, produciéndose un cúmulo de subproductos en el músculo que no pueden eliminarse por estar obstruido el flujo de sangre. Este cúmulo de productos de desecho, tales como el ácido láctico, produce dolor. Es parecido al cúmulo de ácido láctico en los músculos debido al sobreesfuerzo.

Conforme aumenta el estrechamiento de las arterias, los síntomas aparecen cada vez con menos esfuerzo, aunque generalmente desaparecen después de unos pocos minutos de reposo, sin embargo la oclusión puede ser tan severa que incluso el músculo en reposo no recibe suficiente flujo de sangre y los síntomas se experimentan incluso estando sentado.

Los hombres tienen mayor riesgo hasta que la mujer entra en la menopausia y se igualan. Para evitar esta degeneración vascular  podemos actuar: comiendo menos grasas animales y reduciendo el colesterol, moderar el consumo de azucares, reducir consumo de sal (hipertensión), no tomar alcohol, añadir más fibra a la dieta, no fumar (la nicotina aumenta la frecuencia cardiaca, la  presión arterial, favorece la trombosis y el crecimiento de la placa de ateroma), evitar el estrés, hacer deporte y bajar el ácido úrico.   
                                    

La obesidad indirectamente está relacionada con la diabetes, la hipertensión y el colesterol. El diabético tiene mucho mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares - la hiperglucemia acelera los procesos ateroscleroticos - 

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