LA ATEROESCLEROSIS es una forma de
arteriosclerosis. Es el endurecimiento
de las arterias causado por el depósito de placas de colesterol o ateromas. Al
envejecer, las arterias se hacen más gruesas y menos elásticas y aumenta su
contenido en calcio. Este proceso de endurecimiento natural ocurre en todo el
sistema de arterias.
La arteriosclerosis afecta sólo a las grandes arterias.
Conforme la placa crece, la capa interna de la
pared arterial se vuelve gruesa e irregular. Grasa, colesterol, y otros
materiales se acumulan en determinadas áreas. Este crecimiento gradual en un
período de tiempo largo reduce la circulación de la sangre y aumenta el riesgo
de ataque al corazón, accidente cerebrovascular, y otras serias patologías
arteriales.
Los síntomas específicos dependen de la
arteria o arterias ocluidas. La oclusión de las arterias coronarias puede
provocar: Una angina o incluso un ataque al corazón, también puede producirse
isquemia miocárdica (flujo insuficiente de sangre al corazón). Si la duración de la isquemia es breve, el
daño es reversible, si es mayor de 40 ó 60 minutos, el daño puede ser
irreversible y las zonas de músculo cardíaco privadas de sangre, pueden quedar
permanentemente dañadas, produciéndose un infarto de miocardio.
Los síntomas de ateroesclerosis son más
probables durante el ejercicio o actividad enérgica que en reposo. Se
desarrollan durante el ejercicio porque las arterias no pueden irrigar los
músculos con suficiente oxígeno y nutrientes, produciéndose un cúmulo de
subproductos en el músculo que no pueden eliminarse por estar obstruido el
flujo de sangre. Este cúmulo de productos de desecho, tales como el ácido láctico,
produce dolor. Es parecido al cúmulo de ácido láctico en los músculos debido al
sobreesfuerzo.
Conforme aumenta el estrechamiento de las
arterias, los síntomas aparecen cada vez con menos esfuerzo, aunque
generalmente desaparecen después de unos pocos minutos de reposo, sin embargo
la oclusión puede ser tan severa que incluso el músculo en reposo no recibe
suficiente flujo de sangre y los síntomas se experimentan incluso estando
sentado.
Los hombres tienen mayor riesgo hasta que la
mujer entra en la menopausia y se igualan. Para evitar esta degeneración
vascular podemos actuar: comiendo menos
grasas animales y reduciendo el colesterol, moderar el consumo de azucares, reducir
consumo de sal (hipertensión), no tomar alcohol, añadir más fibra a la dieta, no
fumar (la nicotina aumenta la frecuencia cardiaca, la presión arterial, favorece la trombosis y el
crecimiento de la placa de ateroma), evitar el estrés, hacer deporte y bajar el
ácido úrico.
La obesidad indirectamente está relacionada
con la diabetes, la hipertensión y el colesterol. El diabético tiene mucho
mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares - la hiperglucemia
acelera los procesos ateroscleroticos -
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